Gamer II

Obviamente, no fue sólo Derly quien estaba disgustada con mi comportamiento, mamá estaba hecha una fiera. No tardaron en aparecer todo tipo de castigos creativos por arte de la Sra. Olma, desde dejarme sin dinero para las onces, pasando por regañizas hasta varias "pelas", sólo por mencionar algunos ejemplos.

Pero para ser sinceros, eso me importaba un bledo, porque al final, con un correazo no me iba a quitar la inigualable experiencia de culminar un juego, de terminar un nivel que me estaba costando trabajo o descubrir que existía algo en lo que podía ser realmente mejor que los que estaban a mi alrededor.

Para cuando empecé a ser dueño de mi propio dinero, mi relación con los videojuegos era oficial, y un nuevo punto de inflexión llegó, aún recuerdo la tarde en a que tuve en mis manos el primer videojuego sobre el cual pude decir: "Este es una obra de arte", hablo de "Final Fantasy VIII". Ese título hizo que tomara mi primera decisión adulta sobre el estilo de vida gamer, me hice socio de mi primer club, ya no era una simple afición, era algo para lo cual destinaba el 30% de mi salario. De ahí en adelante, fue un jardín de las delicias para mí, cada nuevo título era una experiencia cercana a la iluminación,  "Resident Evil: Nemesis", "Medal Of Honor", "Castlevania: Symphony Of The Night" "Rainbow Six", "Silent Hill" y muchos otros desfilaron por mis manos dándome horas incontables de satisfacción y de orgullo por cada pequeño logro.

Llegado el año 2004 ya era un gamer en un sentido casi completo, dedicaba a ello tanto tiempo como al trabajo y aún más porque para esa época entraron en mi vida los juegos de PC, ya no era suficiente para mi con las consolas, ya necesitaba del máximo poder computacional, pues mis nuevas drogas eran "Call Of Duty", "Counter Strike", "Diablo", "Warcraft III", "Starcraft" y el mejor puto videojuego de la historia: WORLD OF WARCRAFT...

Si, ya a partir de ese momento era completa e irremediablemente adicto a los videojuegos, incluso dejaba de ir a la casa los fines de semana por quedarme metido en Web City jugando WOW con mi grupito de "amigos"... eramos veinticinco tipos que prácticamente vivíamos dentro del club de juegos... cada fin de semana era lo mismo, desde la noche del viernes hasta la noche del domingo no nos despegábamos de las computadoras, acostumbramos nuestros cuerpos a funcionar con Red Bull, Chocorramo, pollo frito, arroz chino y cigarrillos. No había reto en WOW que nos quedara grande, y nuestra peor pesadilla era una falla en el servicio de internet.

Aún recuerdo mi primer personaje en WOW...



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