Tres libros III

Bueno, bueno... les cuento que desde hace meses estaba con ganas de escribir esta serie de entradas sobre mis tres libros favoritos, pero me daba miedo por el libro que ocupa la posición de honor, el número UNO.

Y es que este libro es de esos que sacan ampolla, sobre todo si estás rodeado de católicos o cristianos, porque para muchos de ellos, el sólo mencionar la historia que cuenta esta obra es un insulto y cada vez que tocas el tema, te caen a biblia limpia. Incluso casi perdí a un amigo por este asunto, pues al tipo sólo le faltó rociarme agua bendita cuando le comenté una decisión que tomé gracias al impacto que me produjo esta novela.

Sin más preámbulos, les hablo de Caballo de Troya, escrita por el autor español Juan José Benitez. Para quienes no la conocen, es una saga de nueve volúmenes (diez si se incluye "El Día del Relámpago" que cuenta sobre los tres meses posteriores al final de Caballo de Troya) que cuenta la historia de un proyecto ultrasecreto de la USAF en el cual desarrollaron la tecnología necesaria para viajar en el tiempo y decidieron enviar a dos exploradores a la Palestina de la época de Jesús de Nazaret, para investigar qué fue lo que pasó realmente durante su última semana de vida y los tres días posteriores.

Hasta ahí pinta como una novela de ciencia ficción cualquiera, pero se pone interesante cuando descubrimos que uno de los exploradores, cuyo nombre código es "Jasón", soldado ateo, escéptico, científico y pragmático, pone en tela de juicio todas las ideas preconcebidas sobre el hombre que fue el Maestro, en la medida que interactúa con Él. Conforme transcurre la narración, estructurada como un diario, Jasón va desnudando cada una de las incongruencias de la religión que se formó a partir de la figura del carpintero de Galilea (si, hablo del cristianismo en todas sus formas), cada conversación que el personaje tiene con Jesús o cada acción de los diversos personajes (los apóstoles, Pilato, María, etc) es un golpe directo a lo que nuestros padres y abuelos nos enseñaron, a lo que nos decía el sacerdote o el pastor de turno, a la imagen que nos han vendido del Padre y del Hijo durante los últimos dos mil y tantos años.

Pero ya basta de spoiler. Esta obra cayó en mis manos por allá en el año 1994, cuando tenía apenas 12 años, por cuenta de una amiga de mi hermana mayor, quien conocía mi afición a la lectura. Ella me retó a leer algo más denso, así que me prestó el volumen tres de la saga. Desde el primer momento Jasón, JJ y el Maestro, tal y como es descrito allí se me metieron en el corazón. Ahora, con la perspectiva de los años puedo decir, sin miedo a equivocarme, que Caballo de Troya fue el libro que incitó mi conflicto interno con Dios, pues desde que leí el tomo tres, sentí en mi ser que no podía aceptar bajo, bajo ningún concepto, al dios que me habían enseñado en casa.

Durante los años siguientes, en varias oportunidades fui leyendo otros más de los tomos de esta magnifica obra; pero no fue sino hasta el año 2017, (si, me tomó 23 años leer completa la saga) que la terminé. En esta ocasión, me consumí cada parte en poco más de una semana y pude entender por qué me impactó tanto: Sencillamente porque me mostró la posibilidad de un Dios verdaderamente amoroso, más allá de cualquier cosa, me mostró que sí tengo forma, desde mis múltiples errores, de contribuir para que este mundo sea un sitio mejor, me mostró que Dios no es el tipo resentido, ególatra y vengativo que nos venden en la biblia. Finalmente, me mostró a un Jesús que pudo ser hombre en el sentido completo de la palabra y a su vez abrazó su papel como el Hijo de Dios, no para pagar una supuesta deuda de pecados, sino para recordarnos que la confianza, la esperanza y el Amor son la clave para que nuestra existencia adopte su verdadero significado.

Unos meses después de terminar la obra y reflexionar profundamente sobre ello, tomé una decisión radical: no me volvería a llamar a mí mismo cristiano NUNCA MÁS, pues sentía que usar ese término era volver a clavar al Maestro en el madero y faltarle al respeto a su vida.

Para terminar, quiero parafrasear a JJ Benitez: "Si tus ideas están cristalizadas o si eres de corazón débil, NO LEAS CABALLO DE TROYA..."



  

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