Grinch III

Tal vez muchos de ustedes ya estarán pensando: "Este man es un puto resentido con la mamá, amargado y un largo etcétera" Pues si quieren creer eso, no los puedo obligar a hacer lo contrario. Lo único que tengo claro es que, para bien y para mal, soy un producto de ella.

Estábamos hablando sobre la navidad en mi infancia, en resumen, un ladrillazo. Pero no voy a pasar por pretencioso diciéndoles que eso lo sabía a los 8 o 10 años... no, me di cuenta de todo eso cuando ya era un adulto, y mientras repasaba esos recuerdos de la juventud fue cuando pude ver de donde provenía mi aversión a las fiestas y todo lo que envuelve el final del año. Pude caer en cuenta de que mi familia no era más que una farsa; no exagero en lo más mínimo, a los Vargas es más fácil reunirlos alrededor de un ataúd que alrededor de una mesa.

Ya grandesito, con dinero, cédula y demás, decidí anestesiar mi aburrimiento contra esas fechas, con cantidades industriales de licor y otras cosas, en consecuencia, la relación con la Sra. Olma se hizo peor, porque siempre me le perdía o le llegaba borracho a casa en esos días "especiales".

Para rematar, a lo largo de mi vida adulta he tenido los 24 de diciembre más aburridores que se quieran imaginar: Internado en un centro de rehabilitación para adictos, bajo un puente, en una garita prestando guardia, en una sala de velación, ah y con la familia de mi ex, que no eran sino una parranda de lloricas... tan solo me falta un 24 de diciembre preso.

Como ingrediente final en la receta de mi odio por esta época del año, el ruido, el tumulto y el mercantilismo exagerado, eso sin contar con la flagrante hipocresía en las miradas de muchos que dicen de dientes para afuera "Dios te bendiga", "Feliz Navidad" y otras tonterías, pero se les cae un brazo si dejan de comprar una botella de aguardiente para donar un mercado o un juguete, no hacen otra cosa que darme razones para preferir un placentero y silencioso encierro, en compañía de algo de heavy metal, unas películas y mucha nicotina. 

No pretendo con esto decirle a nadie que debe cambiar su opinión sobre esta época del año, simplemente hago mi declaración de principios y sentimientos, 

En fin... felices fiestas para los que si tienen motivos para sonreír en diciembre... 




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